José Vicente Gaspar nació en Pamplona el 22 de Enero de 1845 a la 1 de la mañana, hijo de Joaquín, militar de graduación y de Vicenta. El día 23 del mismo mes y año fue bautizado en la parroquia de La Ciudadela de Pamplona. Fueron sus padrinos D. José Sandoval Capitán del ejército y Dª Dorotea Eizmendi.
Siguiendo los pasos de su padre y su hermano Joaquín, ingreso como cadete en el Colegio de infantería de Toledo a la temprana edad de 15 años, allí cursó sus estudios de 1860 a 1862 y con 17 años ya lucía la estrella de Alférez.
Por Real decreto, en 1863 fue destinado al ejercito de Cuba con el empleo de teniente, así que en diciembre de ese año se embarcó en el vapor correo ―Europa‖ con destino a la isla, permaneciendo en el castillo de la Cabaña de la Habana hasta noviembre de 1864 desde donde paso a la isla de Santo Domingo en situación de guarnición en Monte Cristo hasta fin de año. En 1867 es destinado de nuevo al ejército de la península pero queda en Cuba con licencia y en expectación de embarque. No sé si este nuevo destino lo solicitó él mismo o si por el contrario fue la jefatura quien lo decidió así, pero sea como fuere, el inicio de la Guerra de los Diez Años desbarató todos estos planes y tuvo que permanecer en la isla incorporándose nuevamente al Ejército de Cuba. Participó en numerosas acciones militares entre las que citaré la de las Tunas, el paso del Granal, la toma de los Montes de Caoba , la acción del Saladillo y la toma del pueblo de Contó bajo las órdenes del general Conde de Valmaceda. Por estas operaciones le fue concedido el grado de capitán En su hoja de servicios se detalla así esta acción militar: ‖Al llegar la columna a la margen del río, excitó dicho general a la tropa, a los que supieran nadar, para que cruzaran el río, dijo que el Gobierno y su Patria agradecerían como un servicio distinguido aquel esfuerzo. Muchos fueron los que saltaron al río, siguiendo a su general, para cruzarlo no sin que costara la vida a más de 60 hombres que perecieron ahogados‖.
Las campañas militares se fueron sucediendo, la toma de Bayano, la defensa de Jiguanea, la acción de los Cocos, el paso del rio Mogoste, la defensa del Bain, la acción del Guardia, la del camino de San Pedro, la de Arroyo Blanco... Especialmente difícil fue la situación vivida en la defensa de Guinza, sitiados por unas tropas muy superiores en número, sin elementos de subsistencia ni de combate y en una posición estratégica desfavorable salieron con vida solo gracias a la intervención de una columna mandada por el coronel D. José Velasco y Postigo. Precisamente aquí, en la defensa de Guinza en 1872, conoció a Juan de Prat Agacino y se hicieron amigos inseparables José y Juan compartieron batallas, viajes y diversión, ellos no se imaginaban que el destino les iba a unir más, hasta convertirlos en cuñados. Por estas y otras acciones militares fue recompensado con el empleo de capitán y con la Cruz de primera clase al Mérito Militar. En 1871, el 6 de enero, en la acción de Vijabo recibió una herida de bala en la pierna derecha que lo apartó de las acciones militares durante más de un año y fue ascendido a comandante el 11 de dicho mes y a teniente coronel el 14 de junio. Prestó juramento de obediencia a la Constitución de 1869 y de fidelidad al Rey Amadeo I. Quiero hacer notar que José en esta fecha apenas contaba 26 años.
Recuperado de su herida, a finales de 1872 asistió a la defensa de Holguin y ya en 1873 a la reñida batalla de los Montes de Chaparra. Continuó participando en otras acciones de guerra hasta que en abril del año 1874 fue dado de baja en el Ejército de Cuba por haber cumplido con exceso el plazo de permanencia obligatoria en ultramar, por lo que regresa a la península para continuar sus servicios. Estando ya en la península y por sus méritos en las últimas campañas de Cuba se le concedió el grado de coronel. Pero tampoco en su nuevo destino se podría relajar porque también allí le esperaban muchas batallas. En 1875 es nombrado jefe de media brigada con la que participó en diversas acciones en Cataluña y Castellón. En diciembre del mismo año pasó a Tafalla (Navarra) continuando en acciones militares para la toma de Sta. Bárbara de Oleiza y Monte Jurra. Por su buen hacer y valor demostrado en las campañas anteriores le nombran Coronel, siendo recompensado por el Rey Alfonso XII con el Marquesado de Estella, nombramiento que José declinó alegando que no podía hacerse valedor del marquesado por una batalla en que habían fallecido tantas personas. Pacificado ya el país, en 1876, fue disuelta su brigada y él fue promovido al empleo de brigadier y nombrado jefe de la primera brigada de la primera división del distrito de Aragón con plaza en Zaragoza, contaba ahora con 31 años de edad.
Un día disfrutando de unos días de permiso y estando José con su amigo Juan paseando por Recoletos en Madrid, vieron a un grupo de muchachas que cruzaban el paseo, José (mi bisabuelo), se fijo en una muchacha rubia, bella y con cara de ángel. Cuál fue su sorpresa cuando Juan se acerco a la chica y la saludo muy cariñosamente. Cuando el grupo se alejo José le rogó a su amigo Juan que le presentara esa bella muchacha.
No pasaron muchos días cuando paseando por el paseo del Prado en Madrid volvieron a ver al grupo de mujeres, y José suplico a su amigo que hiciera las presentaciones, cuál no sería la sorpresa de José al oír que su amigo le decía:
.-José, tengo el honor de presentarte a Elena, mi hermana. Creo que en ese mismo instante nació el amor entre esos dos jóvenes.
En 1877 después de 5 años de noviazgo se casa con Elena de Prat Agacino en la parroquia de San José de Madrid el día 26 de noviembre de 1877, fueron testigo de ese enlace el Excelentísimo Sr. D. Antonio Ferratges, la Excelentísima Sra Dª María Antonia Godínez de Benavides, el Excmo. Sr. D. Antonio Benavides y Navarrete, el Excelentísimo Sr. D. Juan Prim y Agüero Duque de los Castillejos y Conde de Reus, Capitán de Caballería. El Excelentísimo Sr. D. Romualdo Palacio Teniente General de los ejércitos Nacionales, el Excelentísimo Sr. D. Práxedes Mateo Sagasta ex presidente del consejo de Ministros, el Excelentísimo Sr. D. Joaquín Rubalcaba Almirante de la Armada de guerra, Sr. D. Joaquín Sánchez Gómez Coronel de Armas de Infantería y el Excelentísimo Sr. D. Saturnino Arellano Mariscal de Campo.
Su primera hija Elena nació 20 meses después del enlace y falleció con solo 2 meses de edad, ya en diciembre de 1879 llego el primer varón, José y poco más de año después nació Pedro. Debido a los continuos viajes que realizaba José consecuencia de su cargo, Elena, su mujer, se trasladaba junto con sus hijos a pasar temporadas en algunos de los destinos de su marido, no importaba cuán lejos estuvieran como lo demuestran sus viajes, tanto a Filipinas como a Cuba. Con este destino estuvo hasta que en 1881 es nombrado Gobernador Político Militar de Mindanao en las lejanas Islas Filipinas, destino hacia el que embarca en el vapor "Manila" en Barcelona. Un mes y medio después tomaba posesión de su cargo en el que permanecería hasta febrero de 1884. Estando en este destino nació su cuarto hijo, esta vez sería una niña María Dolores.
Supongo que les gustaría viajar, pues hasta para tomarse sus descansos la familia viajaba hasta un pueblo de Portugal llamado la Granja donde tenían una finca, ―Villa Elena‖, donde pasaban las temporadas de vacaciones todos juntos José sigue su trayectoria profesional y en mayo de 1884 llegó en el vapor correo " Magallanes" a Barcelona, y el día 12 del mismo mes se trasladado a Madrid permaneciendo allí casi tres años. Por aquel entonces vera nacer en su casa en la calle Claudio Coello nº 42 en enero de 1886 su quinto hijo Luís, mi abuelo y antes de partir a su próximo destino la Isla de puerto Rico, en junio de 1887 nacerá Joaquín.
De vuelta en España es destinado en la Junta de estudio de transportes militares por ferrocarril a cuyo término fue promovido al empleo de General de División y se le nombra segundo cabo de la Capitanía general de la Isla de Cuba hacia la que parte, el 30 de enero de 1890 a bordo del vapor correo "Buenos Aires‖.
Cuando José partió rumbo a Cuba, dejó en Madrid a su esposa que esperaba el nacimiento de su séptimo hijo que llegó en el mes de mayo. Como la permanencia en la Isla de Cuba se preveía larga, Elena, junto a sus hijos viajo a pasar una temporada con su marido acompañada de los niños y el servicio, el destino quiso que allí en Cuba naciera el octavo hijo Juan en junio de 1892. La pena y el dolor llego a la familia con el fallecimiento de Manuel a los cinco meses del nacimiento de su hermano. Durante esta nueva estancia en la isla, que a la postre sería la última, desempeñaría los cargos de Subinspector de infantería, Caballería, Milicias, Voluntarios y Bomberos y el de Gobernador militar de la provincia y plaza de La Habana, e interinamente el de Capitán General de Cuba y tomó parte como vocal en la junta para la creación del plan de defensa de la isla. Sus aventuras por ultramar terminaron en 1893 cuando por Real Decreto cesa en el cargo de Capitán General que desempeñaba en la isla y regresa a la península donde es recompensado y galardonado por los méritos contraídos en el ejercicio de sus funciones. El regreso de la Isla lo hicieron acompañados de dos nativas; Felisa que haría las funciones de doncella y Celedonia que sería la cocinera de la familia. Felisa aprendió muy rápido y se gano el cariño de los niños. Se iba a pasear por Recoletos y allí se juntaba las niñeras de otras familias amigas, todas ellas uniformadas como en el mejor de los sainetes.
Aquí en la península desempeña varios cargos entre los que cabe destacar el de Comandante General de la 3ª división del primer cuerpo de Ejército y el Gobierno Militar de Madrid. Ya en este destino en la península en 1895 nace su noveno hijo, Elena Victoria. En 1898 otro revés les deparaba el destino, fallecía su hijo Juan a la edad de 6 años. Trece meses después nace en Madrid en marzo de 1899 nacería su último hijo, la pequeña Juana, por esas fechas la familia vivía en la calle Goya nº 11. Aunque sus peripecias por el Caribe ya terminaron, su destino sigue rodeado de agua por todas partes porque recién nombrado Teniente General en 1896, es destinado como Capitán General a las Islas Canarias para poco después ocupar el cargo de Presidente de la 3ª sección de Junta Consultiva de Guerra, cargo en el que permanecería hasta su muerte en Madrid el 17 de diciembre de 1901.
El Teniente General José Sánchez Gómez recibió varias condecoraciones fruto de sus méritos militares a lo largo de su corta pero intensísima vida. Esta es la relación cronológica de todas ellas
- Bien de la Patria por sus triunfos sobre los rebeldes de Cuba.- 1870
- Cruz de segunda clase del Mérito Militar.- 1871
- Encomienda de Isabel la Católica.-1875
- Cruz sencilla de la Orden de San Hermenegildo.-1877
- Cruz de tercera clase del Mérito Militar.-1878
- Placa de la Orden de San Hermenegildo.- 1886
- Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo rojo.-1887
- Gran Cruz de Isabel la Católica.-1893
- Medalla de constancia del Instituto de Voluntarios de Cuba.-1893
- Gran Cruz de San Hermenegildo.-1894
- Gran Cruz de San Benito de Avis otorgada por S.M. el Rey de Portugal.-1898
- Senador del Reino por la provincia de Tarragona.-1898
Como ya he dicho José falleció en diciembre de 1901, muy joven pues tenía tan solo 45 años. Fue una persona muy querida y no solo por su familia, como así lo reflejan los periódicos de la época.
Elena después del fallecimiento de su esposo se quedo viuda con 43 años y con 8 hijos y con pequeña Juana con tan solo 2 años. Fue una pérdida muy grande pero el amor que tenia a sus hijos y la ayuda de todos ellos hizo posible seguir la vida.
Al paso de los años los niños iban creciendo y alejándose de casa a estudiar, fue entonces cuando Elena sintió que había llegado el momento de cambiar a una casa más pequeña y que no le recordara tanto a su esposo, había veces que notaba que le faltaba el aire. Así que recogiendo todos los recuerdos se traslado a vivir a un piso en la calle Goya nº 15, posteriormente y llegada la hora en que ya se iban casando, volvió a cambiar de domicilio, esta vez a la calle Abascal nº 9 donde falleció el 7 de noviembre de 1933. Fue una madre con mucho carácter pero a la vez muy amorosa con sus hijos, lo hemos podido ver en las cartas que les enviaba diciéndoles siempre:
―tu madre que te adora y te bendice‖
Un ejemplo vivo de este deseo nos lo dejo escrito en sus últimas voluntades.
De los hijos varones de José y Elena ya hablaremos más adelante puesto que dada su condición de militares, sus andanzas están mucho más documentadas. La vida de las mujeres de la familia no tuvo tanto eco pero no por eso careció de importancia y aunque sus gestas quedaran eclipsadas por el brillo de sus padres, maridos o esposos recordad que junto a un gran hombre siempre hay una gran mujer.
Este es mi pequeño homenaje a ellas.