Primer Ministro y jefe de Gobierno
Francisco Cea o Zea Bermúdez nació en Málaga el 28 de Octubre de 1779 hijo de Manuel Zea Bermúdez Lacosta y de Juana Buzo y Silva.
Tuvo formación académica jurídica, y previa con los Jesuitas en su exquisito y selecto Colegio de Lieja (Bélgica) fue Político y Diplomático Español y destacado comerciante de su ciudad natal, Málaga. Encargado de Negocios en San Petersburgo durante la guerra de la Independencia; después Ministro Plenipotenciario en Rusia y en Constantinopla, Londres.
En 1810, la Regencia del Reino envió a Rusia a Francisco Zea Bermúdez con instrucciones para destacar algunos asuntos ante el Zar como la más conveniente carta de presentación de la España nacida al hilo de la guerra. Zea Bermúdez ya había ido “una o dos veces” y de incógnito a Rusia a fin de conocer sus propósitos respecto a España. Contaba con la ayuda del cónsul Colombí, hombre con buenos contactos en el mundo oficial y de cuya empresa comercial el propio Zea aparecía como agente ante los rusos. Uno de los puntos más destacados de las instrucciones de Zea era destacar la soledad en que España había iniciado su resistencia: “La España, en medio de las convulsiones y desastres que ha sufrido de tres años a esta parte y de haberse hallado combatida por ejércitos numerosos y aguerridos dentro de su recinto, no ha desmayado jamás ni ha dejado de calcular a sangre fría sobre sus propios esfuerzos y sobre los auxilios extranjeros que se podría proporcionar. Bien lejos de vituperar la conducta que los monarcas de Europa han observado durante este terrible período de tiempo, ha tenido la grandeza de ánimo de luchar sola contra el más ambicioso de los hombres, haciéndose cargo de que éste era el medio más eficaz de persuadirles en la equivocada opinión en que estaban acerca de la invencibilidad del enemigo con quien ha combatido”. Otro de los puntos en que debía apoyarse la gestión de Zea era el elogio de la guerrilla. “La experiencia debe haber hecho conocer a los soberanos que si la España se hubiese limitado a hacer una guerra ordinaria por mucho que hubiere aumentado sus ejércitos, era imposible o por lo menos muy difícil su triunfo, pero que interesada toda la nación en su defensa, es por el contrario del todo imposible a Bonaparte subyugarnos”.
Uno de los objetivos prioritarios de la misión de Zea era establecer las alianzas españolas originadas por la guerra dentro del panorama internacional y subrayar la conveniencia de la amistad con Rusia, también agredida por Napoleón:
En una primera etapa negoció con Rusia el tratado de Velikie-Luki, en 1812, por el cual el zar, Alejandro I, que había entrado en guerra con Napoleón, establecía una alianza con España y reconocía la Constitución de Cádiz.
Zea Bermúdez tuvo también una destacada actuación en la incorporación del reino español a la Santa Alianza en 1816.
El 11 de marzo de 1814 contrajo matrimonio con Maria Antonio Anduaga de Siles Cuenca y Peñalver hija de José Anduaga y Garimberti y de Mª Agustina de Siles Cuenca y Peñalver en la parroquia de Jijona –Alicante. Fue una boda por poderes pues Francisco se encontraba en esos momentos en San Petesburgo. Quinque Libri (1811_1819) Folio 308
Durante el trienio constitucional (1820-1823), Zea Bermúdez fue nombrado embajador en Estambul y Londres, y al final del período, secretario de Estado, cargo en el que cesó en 1825, al parecer a causa de la presión de los sectores más conservadores del régimen. Se reincorporó entonces a la actividad diplomática y fue embajador en Dresde y Londres.
En 1825 fue nombrado por el Rey Fernando VII primer secretario de Estado y del Despacho. Ese mismo año se hizo cargo de la presidencia del Consejo de Ministros. Con el apoyo de la reina, Francisco Zea Bermúdez emprendió una política que si bien por un lado supuso mantener institucionalmente el carácter absolutista del régimen, dentro del cual se encuadró su antiliberalismo, por otro impulsó importantes reformas administrativas y económicas. Cuando falleció el Rey Fernando VII, Zea Bermúdez continuó al frente del gobierno sin cambiar la orientación de su política, aunque incorporó entre sus ministros a Javier de Burgos y Zarco del Valle, uno y otro de reconocidas tendencias reformistas. el 29 de septiembre de 1833 es nombrado Ministro de Estado.
Tras los sucesos de La Granja del 14 de septiembre de 1832, fue llamado por María Cristina para que formase gobierno y neutralizara a los sectores absolutistas, colaborando con el moribundo Fernando VII en su pugna con el infante Don Carlos. Fue nombrado nuevamente Secretario de Estado el 1 de octubre de 1832, y promulgó la Pragmática Sanción que anulaba la Ley Sálica y abría el camino al trono a su hija, la futura Isabel II.
Adoptó asimismo una serie de medidas:
- Reapertura de las universidades (que llevaban dos años cerradas).
- Amnistía para los liberales (15 de octubre de 1832), permitiendo el regreso de unos 10.000 exiliados desde 1823. Quedaban exceptuados de la gracia aquellos que habían votado la destitución del Rey y quienes se habían alzado en armas contra su soberanía
- Reorganización los cuadros de mando del ejército para eliminar a todos los carlistas.
- Renovación de los ayuntamientos.
El 25 de noviembre de 1845 fue nombrado Ministro de la Gobernación ( archivo del senado.- leg 121 nº S (1))Signatura: HIS-0121-05
Emigró a Francia, desde donde fue uno de los valedores de María Cristina durante la regencia de Espartero (1840–1843). Figuró de nuevo en el gobierno en el llamado «ministerio relámpago» del conde de Clonard (19–20 de octubre de 1849).
Falleció en París, 6 de julio de 1850